Mobiliario de Cocina


1997: Hace unas cuantas décadas eran el epicentro del hogar, pero las opciones a la hora de amueblar eran más bien escasas, los bajitos tenían que ponerse de puntillas para coger los platos y los electrodomésticos no decían ni pío

2017: Hoy en día las opciones de personalización son innumerables, el frigorífico sabe cuándo se han acabado los yogures, pero continuamos apostando por el blanco: lo que ocurre es que ahora tiene una veintena de tonos diferentes

Texto: Juan Carlos Peinado | Fotografías: Díaz Uriel

Lo de las cocinas es increíble. Hay algunos establecimientos en los que vas de sorpresa en sorpresa. Que si un armario inmenso que se abre y se cierra con un mínimo gesto de la mano. Que si un rinconero que da vueltas y vueltas hasta que la lata de atún que buscas aparece como por arte de birlibirloque. Una campana extractora con filtro de plasma por aquí. Un armario que se conecta a tu móvil y se convierte en una caja acústica con platos y vasos a tutiplén.

Uno de esos establecimientos es, sin lugar a dudas, Cocinas y Muebles de Hogar Schmidt. Abrió sus puertas en febrero del año pasado de la mano de Arturo y Óliver Perea, padre e hijo, en el número 20 de la logroñesa calle Chile. Este local pone a disposición de los logroñeses la experiencia de una de las firmas europeas de referencia en materia de muebles de cocina, baño y hogar. Aquí van algunos números: 50 años de historia, más de 500 establecimientos en 25 países de todo el mundo, 57 solo en España...

La cuestión es que, con estas credenciales, representa una gran opción a la hora de hablar de cocinas. ¿Qué ha cambiado en los últimos años a la hora de plantearse amueblar una de ellas? Una conversación con Arturo Perea deja claro desde el primer minuto que han sido muchas cosas. Para empezar, recuerda que, décadas atrás, la cocina constituía el epicentro del hogar, el punto en el que se reunía la familia. Y ahora, tras una época en la que perdió presencia en el día a día, vuelve a adquirir protagonismo: la gente vuelve a hacer vida en la cocina y hay una tendencia clara hacia la integración de la misma en el salón.

Resulta interesante observar cómo las cuestiones en torno a la cocina han ganado peso y, cada vez más, las decisiones se toman en pareja. Y es que, en opinión de Arturo Perea, el interés por la cocina se ha multiplicado y, de forma paralela, ha aumentado también la exigencia de los consumidores. El resultado es una apuesta clara por la personalización absoluta de las cocinas en función de las necesidades del cliente. No hay límite. Arturo Perea lo tiene muy claro: son tantas las opciones disponibles que «es casi imposible que no tengamos la cocina que más te guste».

300 colores de puertas

No exagera. La firma Schmidt, por ejemplo, pone a disposición de sus clientes trescientos colores de puertas, ochenta acabados de encimera, veinticuatro colores de cuerpos, sesenta modelos de tiradores, cincuenta modelos de mesas y sillas... Y, ¿qué hay, por ejemplo, de los materiales de las encimeras? Porque la enumeración también se alarga: estratificada, madera, inoxidable, resinas, porcelánicos, piedras, cristal... Y, así, hasta más de trescientas opciones.

La cocina, apunta Arturo Perea, también está evolucionando muy rápidamente en materia tecnológica. Es un espectáculo ver cómo funcionan algunos sistemas automatizados de apertura y cierre de armarios. Pero, en este ámbito, destacan los electrodomésticos, que presentan unas funcionalidades increíbles hace solo unos años. Por ejemplo, es muy interesante, por su capacidad para incrementar la eficiencia energética, la irrupción de las campanas de recirculación, que ya no necesitan una salida al exterior, sino que filtran el aire y lo devuelven a la cocina.

En definitiva, el mundo de la cocina ha experimentado una evolución sin precedentes en las últimas décadas, lo que ha posibilitado una sorprendente capacidad del sector para responder con eficacia a las necesidades del consumidor. No obstante, Arturo Perea apunta que hay algo que, pese a todo, permanece inalterado: es la tendencia de los españoles por la presencia del color blanco en sus cocinas. ¡Ojo al dato! Según sus datos, ocurre en el 95% de los hogares españoles. Ahí es nada. La novedad es que, en la actualidad, solo Schmidt, ofrece una veintena de tonos de blanco diferentes.

Una tienda para todos


Arturo Perea. Cocinas Schmidt

A la medida de los clientes


Arturo Perea es el propietario de Cocinas Schmidt en Logroño y explica que su establecimiento se caracteriza por la apuesta por el diseño y la calidad, pero también y sobre todo por su capacidad para ofrecer un proyecto a la medida de las necesidades de sus clientes. Y, concreta, «no me refiero solo a las dimensiones, sino también a la estética, a la funcionalidad y, por supuesto, al presupuesto».

A su juicio, resulta fundamental escuchar al cliente, interesarse por sus necesidades, conocer al dedillo sus prioridades. De ello, asegura, depende el 95 por ciento de las posibilidades de éxito de un diseño.

Porque de lo que sí está seguro es de que Schmidt, con todas las opciones que ofrece, tiene la cocina que el consumidor necesita. La cuestión es identificarla.

La empresa, explica, está apostando fuerte por la multicanalidad, es decir, por la creación de múltiples canales de comunicación con los consumidores. Y, en este ámbito, trabaja en el desarrollo de un sistema para que el cliente pueda elaborar desde su casa un primer boceto de la cocina que necesita, de forma que se implique más en el proyecto y se mejore el proceso de diseño.

La empresa está apostando fuerte por la «multicanalidad»

En opinión de Perea, por cierto, el ritmo innovador va a continuar siendo trepidante en materia de cocinas: nuevos materiales más limpios y más resistentes, electrodomésticos con nuevas funcionalidades y más eficientes, armarios más amplios, mejor organizados...

Hay una cosa que tiene meridianamente clara el propietario de Cocinas Schmidt: cuando todas esas novedades sean una realidad, se podrán encontrar en su establecimiento, localizado en Logroño, concretamente en el número 20 de la calle Chile.

Otro cambio trascendental en el modo en que se acercan a sus clientes tiene que ver con la seguridad. «Grupo Pancorbo vendía informática hace 20 años, hoy Grupo Pancorbo vende informática, pero en cada venta de tecnología para empresas la reflexión sobre seguridad está encima de la mesa». Y ya no hace falta mucho para convencer a las compañías de que la seguridad en ese ámbito es clave, y más con lo que está pasando en las últimas semanas. «Las empresas saben que su principal activo es la información».

Seguir los cambios de estrategia de una empresa distribuidora de equipamiento de este tipo es seguir el del propio mercado. Así, la diferencia clave con respecto a cómo vendían hace 20 años está en la comunicación. «Ahora todo lo que vendemos está vinculado con una estrategia de comunicaciones en la empresa. No vendes un dispositivo detrás del cual no haya una conexión a una red de datos, no haya una conectividad móvil...». «Ya existía software de gestión, pero hoy esas herramientas ya no son elementos aislados en los que tú metes tu información productiva, comercial y financiera, sino que además están absolutamente conectados entre sí, y te permiten conectarte con clientes, con proveedores y con el entorno».