Innovación a medida

La industria riojana elabora ya los productos del futuro

Las empresas riojanas aprovechan su experiencia y las posibilidades de la tecnología para adaptarse a las necesidades y demandas del consumidor y ofrecer productos saludables, sostenibles y personalizados

Amaya Arteaga Amaya Arteaga Juan Marín

Las películas y relatos de ciencia ficción nos han dibujado un futuro donde las zapatillas se autopropulsarán para llevarnos volando y los alimentos se venderán en píldoras multisabores que no necesitarán ni siquiera un microondas. Todo rápido y sin esfuerzo, como son en buena parte los tiempos actuales. Sin embargo, la realidad no se está ajustando exactamente a la ficción, porque –pese a cumplir muchos de esos requisitos que imaginaron las películas– la realidad tiene otras exigencias y necesidades. En el mundo, en España y en La Rioja, los sectores productivos e industriales desarrollan y aplican la innovación más puntera para ofrecer algo aparentemente sencillo: lo que demandan sus consumidores. Y estos no quieren solomillo en pastillas, sino carne saludable o alimentos sin sufrimiento animal, y prefieren volar en avión y calzarse unas zapatillas personalizadas según sus necesidades y que registren, paso a paso, los kilómetros que caminan. Todo ello, además, procedente de empresas socialmente responsables y que utilicen fuentes de energías renovables.

Como señala Julio Herreros, director general de Innovación, Trabajo, Industria y Comercio, la innovación es «todo cambio, tecnológico o no, basado en conocimiento y que aporte valor, ya sea económico o de otro tipo, como social». En esta línea trabajan en La Rioja de manera coordinada sociedad, universidades e investigadores, empresas y administración, con el fin de «lograr un territorio inteligente, competitivo y sostenible», las tres áreas de especialización en las que se apoya la Estrategia RIS3 y que desarrolla de forma concreta el Plan Riojano de I+D+i. Desde el Centro Tecnológico de La Rioja, en La Fombera, se coordinan las actividades del Sistema Riojano de Innovación, los clústeres y los centros tecnológicos, las iniciativas formativas de Think-TIC o el área de emprendeduría, donde se enmarca el Vivero de Empresas y el Coworking. Desde aquí se centralizan todas las actuaciones, desde el despliegue de infraestructuras necesarias para la tecnología o el uso de fuentes energéticas sostenibles, hasta proyectos que atraigan inversores y talento a La Rioja.

Todo ello ejemplifica el objetivo primordial de que la innovación riojana conduzca a una mayor competitividad de la región y de la sociedad en general y que sea abierta y colaborativa. «Por muy grande que sea tu empresa y por mucho que investigues, nunca vas a poder tener tantos investigadores como hay en el mundo», apunta Herreros recordando unas declaraciones del CEO de la multinacional Procter & Gamble. «Luego, ¿por qué no colaborar ?».

Propuestas punteras

La mejor expresión de este objetivo se encuentra en la red de centros tecnológicos de la comunidad, que impulsa la innovación colaborativa en los principales sectores industriales. Javier Oñate, director del Centro Tecnológico del Calzado de La Rioja (CTCR), explica que «la innovación y la tecnología son la razón de ser» de este centro, que apuesta por conseguir «procesos de fabricación más eficientes y sostenibles y desarrollar productos más funcionales, de gran calidad». Las empresas riojanas cuentan con propuestas tan futuristas como el «ecodiseño, el aprovechamiento de los residuos y la biotecnología en todos sus ámbitos, como la creación de tejidos a partir de bacterias o el aprovechamiento del sustrato del champiñón o el café para su aplicación en nuevos biomateriales». Una apuesta por la economía circular que se expresa por ejemplo en el proyecto pionero Life-ECOTEX, que recicla químicamente residuos del poliéster para desarrollar plantillas sostenibles. La nanotecnología se aplica también en los textiles inteligentes de Maturolife, «que combina la nanotecnología con la electrónica textil y los dispositivos asistenciales de personas mayores y cuya meta final es la creación de una plantilla con sensores que detecten posibles caídas».

El sector agroalimentario riojano tampoco se queda atrás en impulso innovador. Clemente Bea, gerente del Centro Tecnológico de la Industria Cárnica (CTIC) y el Centro de Innovación y Tecnología Alimentaria de La Rioja (CITA), explica que se está trabajando en aquello que pide el consumidor: «calidad, por supuesto, pero además productos limpios, más sanos, saludables, bajos en sal y grasa, de etiqueta limpia, sin aditivos, adaptados a su modo de vida, nutritivos y accesibles, pero en envases respetuosos con el medio ambiente y sostenibles». Entre los productos desarrollados en el marco del CTIC-CITA destacan las proteínas vegetales –que acaban de lanzarse al mercado como hamburguesas Veggian–, los embutidos saludables de Ortiz o las virutas de jamón de Martínez Somalo.

En la necesidad de ofrecer propuestas innovadoras y experiencias y formatos diferentes para el consumidor coincide Juan Viejo, director del clúster Food+i, que agrupa a un centenar de empresas agroalimentarias del valle del Ebro. Además, cita como retos esenciales del sector la sostenibilidad en productos y envases, la trazabilidad, los alimentos saludables o el cambio de modelo de negocio en la distribución, con la generalización del comercio online también en alimentación. «Hay dos cambios importantes en el consumidor del futuro: lo que va a comprar y cómo lo va a comprar», explica Viejo. «La hiperconectividad tiene como efecto un consumidor muy informado y también con tendencia a la compra online y en otras plataformas».

Revolución industrial 4.0

Los productos que el consumidor encuentra en la tienda son el ejemplo más visible y el último eslabón de la innovación. Pero la tecnología y la digitalización resultan definitivas en el proceso productivo o en la organización interna. Los responsables de los centros tecnológicos destacan el importante esfuerzo que se está haciendo para afrontar la conocida como cuarta revolución industrial: la industria 4.0. La robótica, la sensorización, la inteligencia artificial o el big data para mejorar la trazabilidad y el rendimiento de procesos y productos son algunas de las claves que están transformando el día a día del tejido empresarial riojano.

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