8 de marzo 2020 // Día Internacional de la Mujer

Responsabilidad y compromiso

María Pérez-Fajardo. Resistencia Feminista

Responsabilizarse, responder, un compromiso. Respondamos pues, respondamos con habilidad, con responsabilidad, con compromiso. Todas, todos, no solo las feministas.

Respondamos este 8 de marzo a quienes nos quieren de vuelta a casa “con la pata quebrada”. Quienes nos quieren calladitas y sumisas. Respondamos a quienes niegan a las asesinadas, quienes niegan los golpes, las humillaciones, las vejaciones. De hombres que no asesinan ni pegan ni vejan a otros hombres, solo a mujeres, a “sus” mujeres. Respondamos a quienes lo niegan y, por ello, dejan sin protección a las amenazadas, las perseguidas, las acosadas...las que acaban, demasiado a menudo, asesinadas, degolladas y tiradas en un contenedor.

Respondamos a todas las niñas, niños, que han quedado en orfandad por...sabemos por qué: “Mata a su pareja y luego se suicida”. Respondamos a quienes por un poco más de poder, por un sillón en las instituciones, por un puñado de votos, pactan, ceden, CONSIENTEN que ocurra esto.

Respondamos a quienes nos consideran espacio donde reafirmar su ¿masculinidad?, forzándonos, violándonos, grabándolo y presumiendo de ello. Respondamos a esa parte de la población que les defiende, justifica y protege. A esa parte de la sociedad que nos culpa, que nos RESPONSABILIZA a nosotras de haber sido violadas y siempre duda de nuestra denuncia o intención.

Responsabilicémonos de todas esas mujeres que gritan en silencio en sus en sus hogares, que para ellas son prisiones. Esas mujeres que nadie oye hasta que ya no pueden gritar nunca más.

Comprometámonos con esas mujeres que cuando salen de casa corren peligro de no volver, o de no volver enteras. Comprometámonos con las esclavas domésticas, sexuales, temporeras. Esclavas en el siglo XXI. Responsabilicémonos de las que huyendo de guerras, hambre o persecución son violadas sistemáticamente en su huida y en su destierro, en los horrores que llamamos campos de refugiados; mujeres y niñas. Mujeres y niñas y niños y hombres que si algo no son es refugiados, pues si algo no tienen es refugio.

Responsabilicémonos de las invisibles, las inservibles, las que no cuentan para el sistema.

Respondamos, responsabilicémonos, comprometámonos, digamos ¡basta!, digamos ¡aquí estamos y aquí están ellas!, dejémonos ver para hacerlas visibles, gritemos para que se las escuche. No las abandonemos nosotras, nosotros, también.

Salgamos a las calles este 8 de marzo, invadamos las calles, ¡que no falte nadie! Por ellas. Por nosotras. Por todas.

La opinión