L
a cuarentena nos da la oportunidad de conocer mejor las señas de identidad riojanas, gracias a bibliotecas digitales o a portales virtuales que llevan años digitalizando verdaderas joyas.
Este largo periodo de confinamiento al que nos obliga la pandemia generada por el COVID-19, además de una retahíla de inconvenientes, de mucha incertidumbre y de un inmenso dolor, también nos permite hacer cosas que siempre nos habíamos pospuesto para cuando tuviéramos tiempo o, sencillamente, no nos las habíamos ni planteado.
Para aquellos amantes de su tierra y de sus raíces, iniciamos una serie de artículos que, bajo el título 'Historias de La Rioja sin salir de casa', les da la oportunidad de profundizar en la historia, en la cultura, en el patrimonio, en los personajes ilustres..., en definitiva, en las señas de identidad de La Rioja, y desde nuestra propia casa. Lo único que hay que tener es una conexión a Internet y ganas de aprender.
Gracias al trabajo que en los últimos lustros llevan a cabo entidades como la Biblioteca Nacional de España y otros organismos a nivel estatal o regional, así como en nuestra comunidad autónoma entidades como la Fundación Dialnet, la Biblioteca Virtual de La Rioja, la Fundación San Millán y otras muchas bibliotecas digitales, el lector puede acceder y leer 'online' –incluso descargarse los documentos en JPEG o PDF,– auténticas joyas, en este caso vinculadas a nuestra tierra.
Hoy vamos a comenzar por el primer tratado oficial de la historia Logroño, escrito por Fernando Albia –él firmaba Alvia– de Castro–, 'Memorial y discurso político por la muy noble y muy leal ciudad de Logroño' (1633).
Existen decenas y decenas de obras que podemos contemplar de manera virtual y en su formato primigenio, sobre ciudades y villas de la región, riojanos ilustres, arte, cultura, libros, religión, costumbres...
La relevancia del siglo XVI
Pero antes de ahondar en Albia de Castro, los riojanos en general, y los logroñeses en particular, deberíamos ser conscientes de la importancia que esta tierra atesoró a lo largo del siglo XVI y, sobre todo, durante sus primeras décadas.
La presencia en la ciudad, desde aproximadamente el año 1500, del gran impresor francés Arnao Guillén de Brocar hizo posible que en el taller que se hallaba junto a lo que hoy es la plaza Martínez Zaporta, comenzara a gestarse la 'Biblia Políglota Complutense' (1514-1517), que finalmente se imprimió en Alcalá de Heras, bajo el mecenazgo del cardenal Cisneros y el asesoramiento de Elio Antonio de Nebrija, el filósofo y humanista más reseñable del Renacimiento español.
También en 1517 Brocar editó en su taller logroñés 'Crónica del rey Juan II', arma política de Cisneros en defensa de los derechos dinásticos de Carlos de Gante, que cuatro años después sería elegido como emperador Carlos V. Isabel la Católica había guardado el manuscrito sobre la historia de su padre, el rey Juan II de Castilla (1405-1454), que el maestro Arnao se encargó de imprimir acompañado de unos dibujos maravillosos.
«Brocar imprimió en Logroño la 'Crónica del rey Juan II' (1517) y en la ciudad se fraguó la Biblia Políglota Complutense»
Escritor, político, militar y, entre otros cargos, intendente general de la Real Armada y Ejército del mar Océano y de la gente de guerra y galeras del reino de Portugal, Albia o Alvia de Castro fue bautizado en la parroquia logroñesa de Santiago, el día 25 de agosto de 1572 y falleció en Lisboa en 1653.
Autor de numerosos libros, sobresale 'Verdadera razón de Estado. Discurso político' (1616), que aborda el concepto cristiano del Estado y, en su última parte, enumera las apariciones celestiales en el curso de batallas españolas.
Mucho se había escrito sobre lo que hoy es La Rioja desde la antigüedad y en la Edad Media, pero siempre de forma breve y parcial. Hubo que esperar a Albia de Castro para que recogiera en un único volumen muchos de los episodios vividos y sufridos por esta tierra y sus habitantes.
Destaca en 'Memorial y discurso político por la muy noble y muy leal ciudad de Logroño' (editado en Lisboa) el relato que su autor enhebra sobre pasado de su ciudad, si bien tiene gran relevancia, por la proximidad a la fecha, la descripción del asedio francés de 1521. Así justificaba el propio autor, en la introducción, la finalidad del libro: «...por hijo de V.S. y la obligación, que cada uno tiene, según dice Platón, de servir a su patria, naciendo más para ella, que para su bien particular, recoger en este Memorial...».
Más información:
Otros artículos