E
l escritor riojano envió una misiva en 1868 al entonces ministro Adelardo López de Ayala en la que le solicitaba una recomendación de empleo para un sobrino suyo
Fue Manuel Bretón de los Herreros (Quel, 1796-Madrid, 1873) uno de los dramaturgos más populares y prolíficos del siglo XIX, además de poeta, periodista, critico literario y militar, en su juventud. Más de un centenar de obras de teatro originales salieron de su pluma, así como incontables poemas, artículos y textos de todo tipo, entre ellos decenas de cartas escritas en verso.
Una de esas cartas originales, titulada 'Os debo un favor, Ayala', apareció tiempo atrás en el mercado de las antigüedades y librerías de viejo, firmada de puño y letra por el literato riojano el 12 de diciembre de 1868. Había constancia de esta pequeña delicia poética, pues los herederos de Bretón conservan la copia manuscrita que el propio autor –hombre muy organizado y meticuloso–había guardado en su archivo.
Hijo de una familia tan noble como falta de recursos, se trasladó Bretón a Madrid junto a su familia en 1806, al amparo de unos parientes adinerados. Estudió en los Escolapios con gran aprovechamiento, pero la inesperada muerte de su progenitor dejó a la viuda con seis hijos a los que alimentar. Quedó al cargo Manuel del hermano mayor de su madre, un abogado que no supo valorar el talento de su sobrino y lo trató como a un sirviente.
Humillado por su tío y no queriendo ser una rémora para su idolatrada madre, se alistó al Ejército Bretón de los Herreros, combatiendo a Napoleón en la Guerra de la Independencia.
Este mal trance de juventud influyó tanto en el aprecio al vínculo familiar, que pocas veces negó Manuel un favor a un hermano o sobrino y así lo reflejó en varias obras, sobre todo en 'Los dos sobrinos, o la escuela de los parientes' (1827), que bien parece un texto autobiográfico.
No es de extrañar, pues, que cuatro décadas más tarde no tuviera ningún rubor el dramaturgo de Quel en enviar una carta de recomendación a su amigo y también escritor Adelardo López de Ayala, en aquel tiempo ministro de Ultramar.
La carta en verso pidiendo empleo digno a su sobrino Emilio Figueroa no tiene desperdicio ni en la forma poética ni en el fondo. Es toda una joya.
La cuartilla original fue conservada por López de Ayala hasta su muerte (1879), pero tras repartirse la herencia entre parientes y amigos, la 'letrilla' de Bretón de los Herreros fue a parar a la biblioteca del gran periodista y crítico taurino Mariano de Cavia.
Al igual que ocurrió con López de Ayala, al fallecer Cavia en 1920 sus pertenencias literarias, entre ellas esta carta de recomendación, pasó de mano en mano hasta llegar a una librería de viejo de Madrid. Hoy, la misiva está en La Rioja.
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