Además de proyectar películas, el recinto se utilizó como teatro, sala de fiestas, bar y almacén de frutas
Sanda SainzEl cine Capitol de Cervera del Río Alhama fue un símbolo del esplendor económico y cultural del municipio, de su época dorada y pasó por diferentes etapas hasta su abandono y derribo.
El recinto disponía de casi 400 asientos (sillas, en el patio de butacas), dos pisos de palcos y gallinero. Además de proyectar las mejores películas de estreno en las décadas de los años 30, 40 y 50, se utilizó como teatro y también como sala de fiestas.
El local funcionaba como centro parroquial. Este fue su origen y posteriormente lo compró Indalecio Miguel y un hermano de leche de este. Pasado el tiempo se quedó al cargo solo Indalecio, según relataba su hijo Ramón, en un artículo publicado en Diario LA RIOJA en 2012.
Llegaron a trabajar entre seis y ocho personas, además de la familia Miguel, comentaba en dicho reportaje su hermana Ana Mari que incidía en estrenos de obras consideradas actualmente clásicos del séptimo arte como ‘Casablanca’, ‘Qué bello es vivir’, ‘Siete novias para siete hermanos’, ‘Qué verde era mi valle’, ‘Lo que el viento se llevó’ o ‘Currito de la Cruz’, entre otras muchas.
El edificio sufrió uno de los sucesos más dramáticos ocurridos en el municipio: las riadas de los días 16 y 23 de septiembre de 1956. El agua llegó a superar el metro y medio de altura y la fachada principal guardó desde entonces y hasta su desaparición la huella de este suceso, una línea que las inundaciones dejaron marcadas en la pared.
Durante la catástrofe varias personas pudieron subir a los balcones del bar, en el primer piso para no ser arrastradas por el río en el que se convirtió la travesía. Desde allí salieron por la parte trasera para dirigirse a calles más altas del pueblo.
A partir de mediados de los cincuenta comenzó otro desastre, el de la despoblación. Además, el cine Rex acaparó la atención del público, pero tampoco ha llegado a nuestros días y hace varias décadas se demolió para construir bloques de viviendas.
Después del declive del Capitol, el inmueble tuvo dos funciones, en el primer piso prestaba servicio el bar Católico y la zona del cine se utilizó como almacén de frutas. El establecimiento hostelero estaba regentado por Vicente e Isabel que residían en el mismo edificio. Enfrente tenían otro bar.
Pilar y Jesús Gil recuerdan esa última etapa cuando su padre, Baltasar, era el gerente en Cervera de la empresa de frutas Daniel Maganto de Pamplona.
En el cine envasaban peras blanquillas, melocotones y manzanas que se llevaban al mercado central de la capital navarra.
Aunque las fechas bailan en su memoria, creen que el alquiler como almacén de Maganto duró hasta finales de los setenta.
El Católico cerró antes, cuando se jubilaron sus responsables. Los clientes iban allí a jugar a cartas y ver por televisión los partidos de fútbol y las corridas de toros cuando en sus casas muchos vecinos todavía no tenían televisor. El Católico de enfrente siguió como Celipo, ahora llamado Bar 8A El Celipo.
En el año 2013 la empresa propietaria del edificio del cine Capitol, ‘Inversiones Galirioja S.L.’, procedió a su derribo debido al peligro que suponía por su estado de ruina. En el solar estaba previsto construir pisos y apartamentos, así como locales comerciales, en función de la demanda existente. El proyecto no se llevó a cabo y hoy la explanada, en pleno centro de Cervera, frente al Ayuntamiento, continúa sin uso, vallada.
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