El Gusto Es Mío

El grupo de pop que dejó huella

El Gusto es Mío se hizo un hueco en la escena nacional entre 1988 y 1993 con su pop fresco y letras profundas

Sanda SainzSanda Sainz

A finales de los ochenta y principios de los noventa triunfó El Gusto Es Mío. El grupo estaba formado por el compositor y cantante Totó Munilla, de San Adrián (Navarra), y Silvia Gutiérrez (voz), Manolo Fernández (guitarra) y Nuria Paúl (bajo), de Rincón de Soto.

Los rinconeros pertenecían a Pepo's Blues Band desde hacía tres años con José Luis Pascual 'Cartero' como cuarto integrante y coincidieron con el cantautor Totó en un evento benéfico quien les dijo que tenía unas canciones «que nos pueden quedar bonitas a todos juntos». Allí comenzó a fraguarse la idea que dio como resultado el nacimiento de El Gusto Es Mío en 1988.

«Con El Gusto Es Mío vivimos cosas bonitas y tenemos una experiencia que poca gente ha disfrutado»

En uno de los viajes que realizaron a Pamplona para comprar guitarras conocieron a Mario Camacho. Le cantaron el tema 'Lobo de mar', decidió hacerles el arreglo y se encargó de estas labores en los tres discos del grupo. Además, tocaba en directo con ellos.

'Curiosidad viajera' fue su primer LP, publicado en 1989 con el sello RDK con el que lanzaron sus otros álbumes: 'Cosas de críos' en 1990 y 'Paso a paso' en 1992. El primero lo grabaron en los estudios Track y los otros en Box. Todos con Eugenio Muñoz. Natural de Las Ventas de Cervera, ha sido productor y manager de Rosendo Mercado y cuenta con un amplio historial de cientos de grabaciones de artistas de todos los estilos.

Entradas de conciertos de El Gusto Es Mío
Entradas de conciertos de El Gusto Es Mío

En directo destacaban sus montajes y les acompañaba una banda de músicos profesionales. Los cuatro miembros de El Gusto Es Mío aprendieron de forma autodidacta. «De hecho sigo haciendo acordes que no sé ni cómo se llaman», dice Totó entre risas.

Llegaron a sonar en Los 40 Principales y les entrevistaron en las principales radios y cadenas de televisión nacionales. Participaron, en 'play back', en los espectáculos de la Vuelta Ciclista a España y actuaron en el festival Iberpop de Logroño, en Madrid, Alicante, Toledo y por la zona norte (La Rioja, Navarra, Soria, País Vasco) entre otros lugares.

'Lobo de mar', 'Cartas de amor', 'Esperando tu llamada', 'Volveré a jugar', 'Pamplona-Iruña', 'Cosas de críos' fueron algunos de sus temas más conocidos, pop de la época, fresco y con letras profundas. Esto daba una identidad a El Gusto Es Mío, aparte del hecho de tener dos cantantes.

Totó venía de tocar y se iba a coger espárragos. Manolo también se dedicaba al campo. Nuria y Silvia terminaban sus carreras universitarias y se les abría un futuro profesional.

No vivían de la música, llegó un momento en el que el grupo exigía dedicación exclusiva y decidieron dejarlo. Era el año 1993. Además la compañía discográfica estaba en declive.

«Al tiempo fui a grabar mi primer disco en solitario y notaron que no tenía armónicos en la voz. Me detectaron un cáncer en las cuerdas vocales que superé. A partir de entonces los tonos no son los mismos, pero como compongo yo mis temas, los adapto a mi voz», comenta Totó que en solitario ha grabado dos discos: 'De vuelta a casa' (2001) y 'A solas con mis cosas' (2011) y tiene otras composiciones pendientes.

Portada del disco de El Gusto Es Mío
Portada del disco de El Gusto Es Mío

Por otro lado, también se dedica a la sonorización de conciertos y eventos. Nuria es psicóloga en Madrid y Silvia enfermera en Rincón de Soto. Manolo trabajó en una fábrica de muebles.

Son amigos y en estos años no han abandonado los escenarios. Como El Gusto Es Mío volvieron puntualmente a tocar a San Adrián, Calahorra, Rincón de Soto... y están dispuestos a continuar si les contratan. Totó ofrece conciertos con otros artistas, con la Sopa Boba y con Silvia y Manolo. Y estos dos también en varios formatos e incluso con sus hijos. Manolo toca la bandurria y el laúd, suele participar en los concursos de jotas y ha impartido clases de música.

«Con El Gusto Es Mío vivimos cosas bonitas y tenemos una experiencia que poca gente ha disfrutado. Conocer lugares, estar en escenarios grandes... En aquellos años era una rareza tener un grupo y grabar en un estudio. Ahora cualquiera se graba una maqueta en casa», termina Silvia.

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