En 1995 comenzó la aventura de esta discoteca logroñesa como sala de conciertos y de música electrónica
Sanda SainzMuchos todavía recordarán Isla Club como un salón de banquetes y celebraciones, en la carretera de El Cortijo. Hoy nos centraremos en su etapa como discoteca en la que la música electrónica y los conciertos en directo, principalmente de grupos de rock, la convirtieron en un referente en La Rioja a partir de los noventa.
Miguel Sánchez explica que la aventura comenzó en diciembre de 1995 como ‘after’ (Isla Club Techno Tavern) y para actuaciones (La Isla) de la mano de su padre, Francisco ‘Paco’, y Luismi ‘el doctor’. Hubo un cierre temporal en 1998. Miguel cuenta que después se ocupó del local con la colaboración de ‘Poncio’, que acudía mucha gente de todo tipo y ofrecían fiestas techno apoteósicas.
Manolo Sáez (Aposento) programaba con Fernando Echevarría (manager de Soziedad Alkohólika). Nombra conciertos como el que reunió a los artistas internacionales Caníbal Corpse, Kreator y Krisium en 2001, las visitas de S.A., La Polla, los brasileños Ratos de Porao (con Aposento y Visceral), los británicos Napalm Death o unos incipientes Marea que con Flitter telonearon a Narco. Barón Rojo, Koma, Killer Barbies o Manolo Kabezabolo también tocaron en La Isla.
En el interior cabían unas 800 personas en los directos y 500 en la terraza exterior.
El promotor Rubén Domínguez (Boogy) pone el énfasis en la programación continua y variada en la que también intervino incluso actuando como miembro de Firestones. Cita a bandas como los británicos U.K. Subs y la fiesta del trabajo que organizó el área de juventud de Izquierda Unida y La Ratilla fanzine con Enrique Cabezón ‘Kb’ con un cartel encabezado por los raperos El Club de los Poetas Violentos.
Como anécdota cuenta que se preparó un concierto de Sylvain Sylvain, guitarrista de New York Dolls, como única fecha en el norte del país y atrajo a gran cantidad de público, pero no vino. En aquella época, sin móviles ni redes, no había la capacidad de comunicación de ahora y todavía no se sabe por qué no acudió.
Aaron Langarica (road manager de Silenciados) organizó actuaciones de Silencio Absoluto, Mártires del Compás y llevó a grupos de la zona como Bonkalo que teloneaban a otros nacionales.
Recuerda el momento en el que estaba en taquilla, cobrando las entradas del concierto de M.C.D. y Segismundo Toxicómano. Se programó dentro del Actual para el 4 de enero de 2002 a la una y media de la noche. Ese año era el primero del euro y calculadora en mano Aaron afrontó durante esa intensa noche de punk el lío que supuso estar haciendo la conversión de pesetas a euros y cobrar con ambas monedas.
El 30 de agosto de 2003 tuvo lugar la primera concentración ‘tuning’ en el exterior del recinto. Ese año destacó en San Mateo, del 19 al 27 de septiembre, la programación de música electrónica en Isla Club con fiestas en dos espacios: house y progressive. Óscar Mulero fue uno de los principales atractivos del cartel.
También pasaron por la discoteca durante esos años otros referentes del techno como Cristian Varela.
La aventura de esta sala terminó por la necesidad de realizar importantes obras para adaptarse a las normativas, reformas que resultaban inviables y por problemas con ciertas personas, indica Miguel.
