Joyería


1997: Hace sólo unas décadas todo se hacía a mano en el taller del joyero: no había computadora más precisa que el lapicero a la hora de diseñar una nueva pieza. Eso de comprar joyas por Internet sonaba a ciencia ficción

2017: El diseño por ordenador ha alterado por completo este sector: aporta nuevas opciones, ayuda a modernizar herramientas y multiplica las posibilidades de negocio. Eso sí, permanece el trabajo artesano, diestro y paciente en el taller

Texto: Pablo Álvarez

Vaya por delante que la joyería es un arte antiguo. De hecho, uno muy antiguo. Se dice que el hombre empezó a utilizar piezas ornamentales al tiempo que la ropa para vestirse o las herramientas para trabajar. ¡Echen cuentas! Al principio, utilizaban materiales que encontraba en su entorno y, con los años, descubrieron y aprendieron a manipular metales y piedras preciosas. Las técnicas del oficio han ido evolucionando con el paso del tiempo, pero la joyería siempre ha mantenido, a pesar del acelerado desarrollo tecnológico de las últimas décadas en casi todos los ámbitos, un vínculo básico con la tradición, con el trabajo despacioso, diestro del artesano. Este equilibro entre experiencia e innovación queda reflejado a la perfección en el taller de joyería.

Valga como ejemplo paradigmático el taller o el atelier, como ellos dicen, de Manuel Ferrer Joyero. Se trata de una joyería logroñesa de esas de toda la vida, una de esas distinguidas con el marchamo del buen hacer. La historia arranca en 1968 cuando Manuel Ferrer abre un pequeño establecimiento en el pasaje entre Vara de Rey y Somosierra, que posteriormente sería trasladado a su actual ubicación: el número 27 de República Argentina. Nada más entrar en el establecimiento, hoy en día capitaneado por Marian y Félix, hijos del fundador, se percibe la importancia del taller. El área de exposición y el área de trabajo están separados por unos amplios ventanales.

El yunque de los crucigramas

Fue idea de Manuel Ferrer. Para ellos, padre e hijos, es muy importante el concepto de joyero orfebre, es decir, el joyero que elabora sus propias piezas. ¡Entremos en el taller! En primer término, el centro de operaciones: la mesa de joyero con su astillera y su tas, esa especie de miniyunque habitual de los crucigramas. Más allá el área de engastado con sus buriles tradicionales, pero también el instrumental de microengastado y sus buriles neumáticos. En el centro, la máquina de grabación láser y, al lado, la grabadora manual. Ocurre lo mismo con el material de soldadura o pulido: convive con naturalidad lo tradicional y lo moderno.

Pero la cuestión es la siguiente: ¿qué ha cambiado en este oficio con las últimas décadas más allá de la natural evolución de las herramientas de trabajo? Marian y Félix apuntan que su padre, por ejemplo, siempre les dice que, en su época, todo se hacía a mano. Y, en este caso, todo quiere decir todo. Ahora, explican, cosas como la fornitura, es decir, los cierres o sujeciones de las piezas se encargan directamente a firmas especializadas, lo que permite al joyero concentrar el tiempo en otras labores con mayor valor añadido.

¿Más diferencias? Sí, por ejemplo, en el terreno del diseño. Hace apenas unos años, no había mejor computador que un buen lapicero y, por tanto, todos los diseños se resolvían a mano alzada. La aparición de las aplicaciones informáticas de dibujo multiplicó las opciones y, ahora, las impresoras en tres dimensiones ofrecen grandes posibilidades en la fase de elaboración del molde que servirá para reproducir la pieza en el metal deseado.

Joyas por internet

Por cierto, hablando de tecnología, ¿quién se podía imaginar hace solo unos años que las joyas se iban a poder comprar por Internet? ¡Casi sonaba a cachondeo! Pues, como en otros tantos ámbitos, ya es una realidad y, en este terreno, Manuel Ferrer Joyero es un alumno aventajado: su tienda ‘online’ cumple ocho años. Cualquier persona, desde cualquier parte del mundo, puede adquirir una pieza creada en un atelier localizado en pleno Logroño.

El joyero orfebre, en resumen, no ha permanecido impasible al paso del tiempo, pero sí se puede decir que la esencia del oficio se mantiene inalterada. Habrán mejorado las herramientas, han cambiado sin duda las tendencias y las modas, pero seguro que, a la hora de en gastar una piedra preciosa, Manuel Ferrer reconoce al detalle cada movimiento de sus hijos, como lo haría probablemente su maestro o el maestro de su maestro...

Félix Ferrer, Manuel Ferrer Joyeros

"El oro siempre va a estar presente"


Si Marian y Félix Ferrer tuvieran que seleccionar cuatro palabras para presentar su joyería, apostarían por las siguientes: experiencia, calidad, diseño e innovación. Estas han sido las grandes directrices que, durante casi cincuenta años, desde que su padre creara la firma en 1968, han guiado este establecimiento familiar localizado en el centro de Logroño. Son joyeros orfebres porque producen su propia línea de joyas y aseguran que son capaces de reconocer al instante las piezas que hizo su padre, las piezas que han salido de su atelier. Son ventajas de contar con un taller propio en el que dar rienda suelta a la creatividad, personalizar al detalle una pieza, responder a las necesidades de los clientes, adaptarse a las tendencias actuales, marcadas por cierto minimalismo y por la versatilidad.

Consideran que, aunque los materiales cada vez son más variados y sorprendentes, «el oro siempre va a estar presente, porque constituye la verdadera materia prima del joyero orfebre». Apuntan que la gente «tiende al clasicismo en el terreno de la joyería, porque busca la atemporalidad», pero ellos apuestan por una cierta evolución en los diseños. Uno de sus proyectos, por cierto, es lanzar su primera colección completa. Otro de sus caballos de batalla es la comunicación.

Los Ferrer son capaces de reconocer al instante las piezas que hizo su padre

En su opinión, el sector no ha sido muy activo en este terreno y ellos están apostando fuerte por darse a conocer. Aquí, se enmarca su apuesta por el comercio ‘online’, las redes sociales, los recursos audiovisuales (no os perdáis su último vídeo promocional: www.manuelferrerjoyero.com) o su presencia creciente en eventos de alta costura. Así que no se extrañen si, cualquier día de estos, ven una referencia a Manuel Ferrero Joyero en no se sabe qué pasarela internacional. Dicho queda.

La opinión "El oro siempre va a estar presente" Félix Ferrer, Manuel Ferrer Joyeros