Seguridad vial


1997: Más de 5.000 muertos en España por accidentes de tráfico, apenas había radares ni controles de alcoholemia y el tiempo de respuesta en los rescates superaba, en muchos casos, una hora y media: todo un reto para una empresa gruística, especializada en este sector

2017: Pese a que sigue habiendo puntos negros, la siniestralidad en carretera se ha reducido, se han introducido novedades como el carné por puntos y los plazos a la hora de atender cualquier accidente se han acortado

Texto: Iñaki García | Fotografías: Díaz Uriel

Ojalá llegue un tiempo en el que la siniestralidad en carretera llegue a cero. Parece una quimera, es cierto, pero también lo es que el número de fallecidos en accidentes de tráfico se ha visto drásticamente reducido en los últimos veinte años. Pese a que siguen existiendo puntos negros (la N-232 es un ejemplo) se ha pasado de los más de 5.000 fallecidos en España en el año 1997 a los poco más de 1.000 en el 2016. Se ha evolucionado, sí, pero en este ámbito nunca es suficiente.

Las razones que pueden explicar este decrecimiento de la siniestralidad son variadas y van desde medidas como la entrada en vigor del carné por puntos, la multiplicación de los radares y de los controles de alcoholemia y drogas, la mejora de la seguridad de los vehículos o el uso generalizado, por ejemplo, del cinturón de seguridad. Pero también ha influido, y mucho, la capacidad de reacción, tal y como explica Roberto González, de Grúas González e hijos. «El tiempo de respuesta ante un rescate se ha acortado», cuenta. «Ahora se establece, de media, entre 25 y 30 minutos y antes oscilaba entre la hora y media y las dos horas», añade.

1997: Grúas manuales: A finales de la década de los noventa, la tecnología apenas había aparecido en el sector de las grúas. Las rampas se desplegaban de manera manual y el número de vehículos era mucho menor al actual. Además, a la hora de acudir a cualquier siniestro, los plazos se alargaban y los operarios no contaban con el equipamiento más adecuado para trabajar de manera segura.

2017: Grúas mecánicas: En la actualidad, las grúas son más avanzadas y ha entrado en juego la tecnología. Pese a que mover un coche es más complicado que antaño, el equipamiento ha avanzado notablemente.

De 1 a 20

Los plazos se han acortado porque ahora hay más medios. «Mi padre comenzó en el sector con una sola grúa en 1991 y ahora contamos con una flota de 20 vehículos», expone Roberto González, quien también señala el uso de la tecnología como otro de los factores que ha protagonizado la evolución del sector en las últimas dos décadas. «Antes todo se hacía a través de llamadas de teléfono, pero ahora tenemos una aplicación que hace que todo sea más rápido», se congratula. «Se suprimen pasos intermedios y la actuación es mucho más instantánea», remata.

Además, González apunta a la formación y a la seguridad como otros de los ámbitos en los que se ha mejorado. «Ahora tenemos cascos, guantes y ropa adecuada para trabajar en la carretera y antes no y, aparte, estamos reciclando nuestros conocimientos continuamente a través de cursos», relata. Son mejoras que, vistas las estadísticas, están dando sus frutos.

Mucho que mejorar

Las muertes en carretera han descendido de manera notable pero, según apunta Roberto González, todavía hay aspectos en los que se puede mejorar para hacer esas cifras incluso menores. Uno de los más importantes, tal y como señala, es el estado de las carreteras.

«Hay lugares en los que sí se ha visto una evolución, pero aquí en La Rioja no ha habido demasiada», se lamenta. Los fallecidos en accidentes de tráfico en la región han decrecido desde los 66 de 1998 a los 23 del 2016, pero González cree necesario un mayor esfuerzo en el ámbito de las infraestructuras. «Pienso que la mejor evolución, y casi la única, que hemos tenido en estos veinte años ha sido la autovía que va hasta Santo Domingo», finaliza.

El crecimiento


Santiago González comenzó su carrera como autónomo dentro de este sector en el año 1991 con solamente una grúa. Dieciséis años después, la empresa cuenta con una flota de veinte vehículos y una plantilla de 16 trabajadores a los que hay que sumar al propio Santiago y a sus dos hijos, Roberto y Rubén.